Era el año 2005,
marzo o abril, no tengo exacta la fecha, cuando el Coronel Ingeniero que
presidía en aquel entonces la República se refirió a un grupo de ciudadanos que
fueron a protestar fuera de su casa en contra de las lindas medidas que estaba
tomando desde la presidencia como “CUATRO FORAJIDOS”… fue el inicio del fin,
ese día selló su caída del poder, sin un Facebook tan fuerte como ahora, un
twitter inexistente y con un rangalido HI5, tomó fuerza la idea de decir: “yo
también soy forajido”, y fue una frase aglutinante para que los ciudadanos
ecuatorianos dejemos la comodidad de la casa y el anonimato de la compu, para
salir a la calle a demostrarle al régimen que quienes estábamos en contra de
aquel gobierno no eramos “cuatro forajidos” sino cientos de miles de
ecuatorianos, al punto de que hoy la historia reconoce a la caída del Coronel
como la rebelión de los forajidos, e inclusive el economista que hoy nos
gobierna osó declararse como “el forajido número uno”.
Casi 10 años han
pasado de aquello. La tecnología ha avanzado, las redes sociales son, en mi
criterio, la primera fuente de información, la más incluyente e influyente, un
espacio donde todas somos cronistas, reporteros, opinólogos y expertos en casi
todos los temas; nos enteramos en segundos los bombazos en Siria, los acuerdos
en Cuba y los desaciertos del economista; nos reímos de los memes, vemos videos,
nos abrazamos entre amigos y nos puteamos entre contrarios.
Ciertamente que
todo eso nos ha hecho la vida más fácil, más feliz y nos informamos mejor del
mundo que nos ha tocado vivir, pero lamentablemente, también nos ha hecho más
cómodos, más indolentes y más noveleros; creemos que por poner un “post”,
redactar un “twitt”, “bloggear” o colarnos en un “hashtag” de los más variados
temas ya solucionamos todos los grandes problemas nacionales y cambiamos el
mundo.
Que si muere la
Sharon: #todossomosSharon; sí, y? Que si les matan a unos caricaturistas en
Francia: #jesuischarlie; simón, simón, y? Que el economista se emperra con el “Crudo
Ecuador”; #soycrudo; buenazo, buenazo, y? Que quiero llamar la atención hecho
el moderno, liberal y demostrar que no le pego a mi mujer y que estoy en contra
del femicidio y, que como dueñas de su cuerpo, se saquen nomas los guaguas que
conciben #yosoyputayque; y así según la calentura de las sábanas.
Pero mis
queridos amigos, el mundo no se cambia desde el twitter, los grandes problemas
mundiales no se atacan después de la hora de trabajo sentados en la compu
frente al Facebook uniéndonos a cuanta novelería sale; si queremos ser “Sharon”
pues organicémonos de manera real para darle mayor calidad a la justicia y que
no sentencie el Ministro del Interior desde su cuenta de Twitter y se sentencie
como debe ser, después de un proceso judicial independiente y garantizando el
debido proceso. Que si queremos ser Charlie, no aplaudamos al día siguiente que
se le persiga a Bonil, Emilio, Carlos o Jorge, porque le es incómodo al
régimen. Que si queremos ser “Crudos”, no solamente nos declaremos “Crudos”
sino que hagamos desde la vida real y no desde lo virtual una verdadera campaña
de respeto al pensamiento del otro, participemos en foros, trabajemos con los
jóvenes, hagamos opinión y tomemos medidas reales para enfrentar el atropello.
Si queremos ser “putas”, primero establezcamos la estrategia para esa putería;
si queremos ser “putas” para evitar el femicidio, hagamos primero un estudio de
lo que queremos comunicar y no busquemos solamente el “pegar en los medios”,
busquemos mecanismos para transmitir lo que queremos decir y de esa manera no
se distorsionará el mensaje; hasta ahora se han declarado “putas” las pro
aborto, las liberales, las que luchan contra el femicidio, las que no quieren
que les “punteen” en el metro y unas que marchan por no se qué pero también se
autodenominan “putas”, dejando en segundo plano su lucha y haciendo que el
debate se concentre en cuanto nos arde la palabra o no y olvidándonos como
sociedad que el fondo de lo que pretenden plantear va más allá de la palabra
insigne de sus luchas.
En conclusión,
traslademos la lucha a las calles, debatamos en nuestras casas, en la academia,
en la asamblea, en nuestro trabajo; no
nos quedemos en las redes sociales, no nos dejemos llevar por la novelería; por
muy altruistas que sean las campañas si se quedan en un “hashtag” no hemos
ganado nada y si ese actuar se limita solamente en aventarnos un balde de agua
helada encima mientras nos filmamos, poco de condumio le estamos poniendo a la
vida real, hagamos de nuestras luchas una causa y no un post, de nuestras ideas
un canal movilizador y no solamente un twitt, de esa manera tendremos un mundo
más real y no solo de pajaritos azules.
#digonomas