miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los Taromenane de la Política






Escribo con cierta periodicidad, esta no es rigurosa pero procuro que lo que publico sea leíble, compartible y disfrutable, busco además no ser el Arjona de la opinión que habla de todo y de todos y no dice nada, adicionalmente pretendo escribir con la mediana sal que podemos tener los quiteños a la hora de conversar entre nosotros, pero, por esta vez, voy a escribir no echándole mano tanto a la ironía sino a partir de la indignación, del desconcierto y desde la reflexión asquerosamente objetiva que me permita sustentar mis asertos.
El pueblo indígena de los Taromenane es una civilización “no contactada”; viven de acuerdo a su cultura en la tierra en donde han vivido siempre, tienen una situación de fragilidad importante en razón de que resultan extremadamente vulnerables y asimétricamente débiles frente al avance de la “cultura” occidental. Esta fragilidad se ha traducido en la colonización de sus territorios,  comercio ilegal de madera, extracción de petróleo, turismo o investigación científica. Son implacables guerreros, asiduos y salvajes cazadores y profundamente celosos de sus territorios, sus mujeres y su cultura; hay evidencia objetiva de que sendas matanzas se han dado entre ellos o con otras tribus por ajuste de cuentas o por proteger su territorio. Pueblos bravos hasta morir, inteligentes como ninguno y sabios al centímetro de su mundo en medio de su aislamiento. Hipocráticos médicos sin estudiar medicina, exquisitos chefs sin estudiar cocina, ínclitos constructores sin estudiar ingeniería, pescadores exactos, eruditos de la organización social y, me imagino yo, hasta grandes astrónomos. Tienen su propio idioma, cultura y costumbres, luchan contra todo aquello que atente contra su mundo; a pesar de todo esto han decidido mantenerse alejados voluntariamente, no han comulgado con la “civilización” moderna, para ellos su universo es su selva y el resto no existe.
Así como ellos somos gran parte de la clase política quiteña, somos unos Taromenane de la política, hemos decidido el aislamiento voluntario a pesar de que decimos ser una maravilla para el análisis, grandes lectores, conspicuos escritores, asiduos visitantes de la radio democracia,  radio centro, radio visión y si nos va bien hasta de ecuador en vivo. Importantes analistas de El Comercio, de El Universo o de El Expreso, ideólogos de campañas, consultores políticos impecables, llenos de cursos de “marketing político, comunicación política, gerencia política, estudios políticos aplicados, táctica política, política virtual, negociación política, haga política con Cristy, Nacho hace política y el Libro del Escolar Ecuatoriano en la Política”. Somos tan claros de la política que hasta cumbres organizamos! Eméritos académicos, abanderados de todas las causas posibles, grandilocuentes analistas de cada coyuntura, dueños de plumas voraces que hasta Montalvo nos envidiaría; puntería perfecta para darles a los grandes problemas nacionales, ilustrados interpretes de encuestas, hombres y mujeres de proyecciones matemáticas complicadísimas para determinar cuáles serían los mejores candidatos, calculadores invencibles del futuro político de tal o cual, pitonisas de resultados, prestidigitadores del futuro y buen puñete.
Me revelo a que quienes actualmente sean los grandes referentes de la política quiteña sumen más de 200 años de edad entre ellos: Don Rodrigo Paz, el Gral. Moncayo y el Ec. Roque Sevilla, valiosos todos ellos y los respeto como el que más, se han convertido en los grandes electores de la política quiteña para el proceso 2017; en eso estamos igualitos a los Taromenane también, somos guiados por los mayores porque son más sabios, y el resto, en que estamos? En aislamiento voluntario viendo que cazamos…
El resto somos politicazos! Unos capos de la política, todo calculamos! No nos equivocamos nunca! Somos la quinta escencia de las virtudes en materia política, sabemos cuando es el momento, cuando hay que lanzarse y quien tiene que lanzarse, grandes puteadores en las redes sociales. No somos capaces de juntarnos porque uno avienta la lanza mejor que otro! No nos reunimos uno con otro, porque el otro es bruto y yo soy vivísimo; no nos juntamos con el otro porque el otro es pícaro y yo soy honestísimo; no nos reunimos con el otro porque no va a ganar y yo no puedo quemarme; no nos reunimos con el otro porque el man es ingenuo y yo soy bien despierto; no nos reunimos con el otro porque el otro es bien verdugo y yo nos soy bien buen mozo; no concertamos con el otro porque primero tienen que ir en las listas mis panas y el otro quien también será? No hacemos una lista conjunta con otro porque al otro le hiede la boca y a mi me huele a flores; y así sucesivamente, todo pretexto es bueno para aplicar la “ley del veto”.
Ah! Pero luego… cuando los otros arman las listas y nos meten payasos, bailarinas, cantantes futbolistas, lluchas y tortas ahí si Chuta! Se arma el relajo! Letanía de lamentaciones: la política no es para mí; que vergüenza de listas; el próximo Congreso será una vergüenza; por eso a mí no me gusta meterme en esas cosas, que asco de política, hasta cuando? Ya basta! Pero entre todas las lamentaciones resulta que los más cojudos nos terminan representando. Los demás, los politicazos! al aislamiento voluntario cual Taromenane…
 
Que el 2019 y lo venidero sea un objetivo, que el próximo proceso electoral marque  un plazo fatal para reinaugurar la política en Quito, que de aquí en adelante nos dediquemos a construir organizaciones políticas serias y de futuro y no solamente “vehículos electorales”, que el 2019 sea la meta para dejarnos de estupideces y nos juntemos entre quienes tenemos ideales comunes, en favor de la patria y no solamente para la calentura de un ratito antes de las elecciones, porque nos va a volver a pasar que cualquier “pendejo” resulta siendo candidato y los demás a internarnos en la selva por cuatro años más.
Permiso…