martes, 24 de marzo de 2015

El problema no es la troncha, el problema es no estar en ella!



No pretendo ser sectario; no tengo complejos de ningún tipo ni resentimiento contra nadie, tampoco hablo desde la indignación ni desde el revanchismo; la idea hoy no es tampoco el dividir a la gente entre buenos y malos; consecuentes y oportunistas; amorosos y odiadores; tontos e inteligentes; simplemente, quisiera decir algo que siendo políticamente incorrecto en tiempos de “unidad”, alguien debería decirlo, porque de lo que si estoy firmemente convencido es que lo que voy a decir hoy, hay más de uno que lo medita en silencio.

Después de casi diez años, decidí volver a las calles, decidí manifestarme y exteriorizar la ya por varios años acumulada indignación que me ha venido generando el gobierno del economista, entre mí pensaba que escribía y escribía y que con eso me desahogaba bastante, pero después de mi artículo anterior titulado “#TodossomosSharon, #JesuisCharlie, #YosoyCrudo y también, #soyputayque!”, ya era hora de dejar de quejarse solamente y comenzar a hacer algo fuera de lo virtual para que las cosas cambien, y si no es hora aún de que cambien, por lo menos que mejoren, por eso asistí a la convocatoria que se hizo para que el 19 de marzo a las 4 de la tarde todos marchemos en contra de las políticas del economista y sus amigos.

Eran las tres y media, comenzó un aguacero que para que les cuento, los del grupo que hicimos para ir a la marcha dijimos el tradicional “ya se jodió”, y creíamos que ya se jodía todo justamente porque no había ni señas de que la situación mejoraría, era el típico aguacero quiteño que iba a demorar varias horas. Entré al twitter para ver como iba la cosa y vi las primeras fotos de los inefables seguidores del régimen. En efecto: 4 gatos tapados con plásticos caminaban por la diez de agosto arrancando la marcha. Fracaso total decía uno que otro pitoniza del desastre; yo esperaba a la altura del Banco Central y en efecto aparecían a lo lejos unos cuatro resfriados que venían abriendo la marcha, ahí fue cuando decidimos unirnos a ellos según nosotros para no dejar que vayan “solitos”, cuando nos juntamos a la altura del Banco Nacional de Fomento vimos que no eran 4 gatos, eran cientos, miles! De hombres, mujeres, trabajadores, indígenas, médicos, feministas, sindicalistas, profesores, jubilados, estudiantes, colegiales, políticos, no políticos; con paraguas, con plásticos, con periódicos, con fundas, y al grito de: “no somos cinco, no somos diez, Correa economista... aprende a contar bien!” mostraron que en efecto no eran cuatro gatos sino que era aquel valiente pueblo de las recordadas jornadas cívicas de abril del 2005, levantados! De pie! Sin miedo! Bajo la lluvia! Pueblo, pueblo...! Ese pueblo!

Fue tal mi emoción que decidí quedarme esperando el paso de la marcha y eso confirmaba mi teoría: mamás con sus guaguas, viejitos jubilados, discapacitados, muchachos metiendo relajo, parejas de enamorados, compañeros de la universidad, abogados, gente de pueblo y pelucones bien pelucones marchaban con diferentes consignas: “Abajo Correa!”, “No a la Sabatina!”, “No a las salvaguardias!”, “Consulta popular!”, “Yo soy bonil!”, por ahi como anecdota incluso hubo unita que gritó: “Sexo sin valores!” Plop! Pero bueno, cada quien protesta como puede, creánme que ninguna de las reivindicaciones de la gente me llamó la atención.

Lo que si me llamó la atención fue que de pronto por ahí solita, íngrima, que daba una lastima! Con un paragüitas de colores y un pitito de árbitro de fútbol, hecho sopa!, caminaba una ex, pero no una ex mía, no! sino una ex Alianza País, una que por abril de 2005 andaba por todo lado preguntando ¿Quién jodió al país?; sí, sí unita que después ya se creyó vicepresidenciable; sí, sí esa que fue dos veces asambleísta por el gobierno; sí, sí esa que decía que la participación ciudadana es la panacea; la que daba cátedra de como las autoridades de control iban a ser puestas por un consejo de participación ciudadana, lleno de notables, gente apartidista, totalmente imparcial; no como el congreso ese nefasto en donde se repartían el pastel a espaldas de los ecuatorianos; sí, sí, esa misma, solita la pobre desesperada por cámara pero como llovía duro no asomó ni una.

Luego al grito de “democracia sí” con unos ponchitos celestes venía otro ex; un ex ministro de gobierno, uno que el sinvergüenza del Mono Jojoy se atrevió a decirle Alias “Juan”, uno que aparentemente fue el nexo del gobierno con las Farc; sí, sí, ese que fue el ideólogo de Alianza País; sí, sí, ese que fue el ejecutor de la destitución de los diputados electos en el 2006 y el que organizó la posesión de los diputados de los manteles; sí, sí ese que tiene un hermanito que ahora representa a los periodistas; sí, sí, ese que después del ataque a Angostura se fue resentido con el gobierno; sí, sí ese mismo! Se desgañetaba el pobre gritando “Democracia sí, dictadura no!”, supongo que el comerse 57 diputados no fue un acto dictatorial del economista y su ministro de gobierno como para que ahora tan suelto de huesos proteste como que no ha hecho nada.

Como si fuera poco, con un poncho negro como de cura ortodoxo, este también solito, agachadito la cabeza y dando declaraciones de cuando en vez, marchaba otro ex; un ex ministro de energía; sí, sí, el que según Correa es pelucón pero no ejerce; sí, sí, el primer correista de la patria; sí, sí, el que más lloraba en contra de la base de Manta; sí, sí, el Presidente de la Asamblea Constituyente; sí, sí, ese que nos metió la Constitución de Montecristi; sí, sí, el fundador de Alianza País, el que se reunía con la Manuelita Gallegos, el Gustavito Larrea y el economista, en una casita de barrio para “dar a luz” al “proyecto político”, ese mismo marchaba. Aunque solito iba, de vez en cuando gritaba “Montecristi vive”... ¿Montecristi vive? ¿La misma Montecristi del debate del placer sexual como derecho humano? ¿el mismo Montecristi de la constitución de los 300 años y con el mismo gobierno? ¿El mismo Montecristi de la Constitución como traje sastre para el economista y sus abusos? ¿la misma montecristi que institucionaliza la revolución? Deje nomas don Alberto, si ese Montecristi es el que usted quiere hacer vivir o revivir: ahicito nomás, Dios le pague, Dios le de más!

Y la cerecita del pastel (como dicen en la farándula) la puso otro insigne manifestante que marchaba bajo el nombre de “Podemos” - ¿será que quiere emular a Pablo Iglesias?-, sí, este otro ex, pero de los recalcitrantes pues, no cualquier ex; sí, sí, ese que de acuerdo al mismo economista era un líder barrial sin historia pero leal; sí, sí, ese el que fue el gran alfil en Pichincha; sí, sí, el peón de brega en el congresillo; sí, sí, ese que se enojó con sus compañeros de bancada porque no le acolitaron para ser presidente de la Asamblea porque ya estaba hablado para que sea el corcho; sí, sí; ese al que el economista le dijo: “que le vaya bonito” cuando se desafilió porque no le dieron gusto; sí, sí ese mismo saludaba cual reina en el carnaval de Guaranda pidiendo “Consulta Popular”, a caramba! como se le vino ahora el ánimo democrático! cuando en Montecristi era el que más insultaba cuando León Roldós denunció que se habían incluido textos que no se debatieron. Que paradoja!

Y el problema no es que marchen, lo que me aterra es que sean ellos los grandes voceros de la movilización! Que sean ellos quienes ahora dan lecciones de moral, ética, buenas costumbres y acrisoladas prácticas políticas. Molesta y genera repulsión que aquellos que nos metieron el correismo como solución y lo elevaron casi a categoría de evangelio ahora pretendan encarnar la rebelión popular. Aquellos (Maria Paula, Gustavo, Alberto y César) fueron de los más recalcitrantes defensores del régimen de Correa, no se cansaron de restregar en la cara las maravillas que venían haciendo. No les tembló la voz a la hora de descalificar a todo aquel que se oponía al economista. Se creyeron los inventores del agua tibia al apuntalar ese proceso constituyente que nos está llevando al desastre. Fueron ellos (Romo, Larrea, Acosta y Rodríguez) quienes auparon el proyecto que hoy nos aplasta, fueron ellos quienes también “jodieron” al país con sus novelerías.

Parafraseando a Correa ellos son los auténticos “cadáveres insepultos”, hieden en la izquierda y hieden en la derecha; políticamente deberían autosepultarse por el bien de la nación; con su actitud demuestran a todas luces que poco les interesa la patria sino sus propias aspiraciones; nos han enseñado con su actuar que para algunos el problema no es la troncha, el problema es no estar en ella; insisto, la idea no es separar, no es dividir; es tratar de darle un cierto sentido a las cosas y la medida que en realidad tienen. Ahora le toca a otra gente, ustedes vayan por la sombrita, recuerden ese viejo adagio que dice: “Tanta culpa tiene quien mata a la vaca, como el que le amarra la pata” y ustedes, sin excepción, ayudaron a amarrar a nuestra patria.


Permiso...