En la revista “La Diaria” de
Uruguay, hay una larga y sabrosa entrevista a Francisco Maturana, ex técnico de
la selección de nuestro país, publicada el lunes 11 de febrero de 2013, en
donde hay un segmento interesante y hasta de filosofía criolla que en su parte
medular dice lo que sigue:
“En 1996, en una entrevista que
le hizo César Luis Menotti y se publicó en la revista argentina La Maga,
Maturana dijo que “al fútbol se juega como se vive”. Luego de su experiencia
acumulada en el deporte, Pacho sigue sosteniendo lo mismo. “Lo pienso porque
todos los días uno se da cuenta. Es difícil jugar bien y portarse mal. Si hay
condiciones y no tenés una condición humana eso no cuadra. Eso es un tema de
liderazgo. Es muy importante el valor, pero también la condición humana. No es
fácil decir que se tiene que vestir bien o descansar si uno no lo hace. Es
preciso que encarnes los valores que querés que tengan los jugadores. Si el
director técnico no los tiene, no tiene sentido el mensaje”.
Ayer el partido contra Colombia
no solamente fue un partido malo técnicamente hablando, no solamente hablamos
de errores defensivos y falta de fuerza para ir al ataque; ayer jugamos
probablemente el peor partido que hemos jugado no solo en estas eliminatorias
sino también en los últimos procesos clasificatorios de los últimos años. Vimos
un equipo apagado, sin alma, pecho frío, sin ganas de luchar, repetitivo, sin
sorpresa, con falta de ñeque, sin transmisión y derrotado desde el inicio;
vimos un técnico que no daba pie con bola, desde hace días hermético, con una
pésima relación con la prensa y cada vez con menos ideas… eso en la cancha.
¿Y en las gradas? Una hinchada
que ya no podía ni gritar en paz porque habían otros tantos que enseguida
activaban las vuvuzelas que nadie sabe de donde salieron, ciudadanos fustigados
por la policía por sacar carteles en donde se pedía cambio bajo el argumento de
que “vinieron a ver el fútbol y no a hacer política ni propaganda”, gente
atemorizada por cada “cromo” que estaba alrededor defendiendo la revolución,
hinchas que ya no veían ni el partido porque además de que lo que estaba
pasando en la cancha era muy muy malo, había en las gradas incidentes a cada
momento y por todo lado por causa de la política, en definitiva la política
inoculó el único espectáculo que nos unía como nación con el cáncer del odio y
del enfrentamiento entre hermanos que debíamos estar juntos apoyando al equipo
de todos.
¿Cuatro años más de eso? No señores!
O recuperamos la libertad o nos jodemos! O nos reconciliamos como hermanos
ecuatorianos o nos vamos al carajo! O reaccionamos ahora o mañana será tarde! O
entendemos que la política debe ser una actividad civilizada que solucione los
problemas de la gente o seremos los cómplices de nuestra propia desgracia.
Ayer no solo perdimos un partido
de futbol, ayer perdimos la dignidad como pueblo que se enfrenta unos contra
otros por defender a una bola de irresponsables que no tienen límites. ¿Queremos
volver al juego bonito? Vivamos bonito! ¿Queremos un equipo con alma? Pongámosle
el alma a lo que hacemos! ¿Queremos que Quinteros no se jale en los cambios?
Hagamos un cambio en nuestra patria ¿Queremos volver al mundial? Volvamos al mundo! ¿Queremos buen vivir? Vivamos
bien! Y eso implica trabajo, esfuerzo, solidaridad, alegría de vivir y
hermandad; no palos, grescas, trompones, apaleos e insultos.
Lo de ayer es impresentable, pero
estamos a tiempo. Perdimos un partido de fútbol y eso es recuperable; el
domingo podemos perder la patria y ahí si Game Over.
En nosotros está.
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