Estimado Gonzalo:
Le saluda Andrés
Castillo Maldonado, ecuatoriano, mayor de edad, abogado y asesor
político; portador de la cédula de ciudadanía No. 1713065751,
padre de una niña de 2 años y seguidor de su programa Radio Revista
Democracia.
Esta es la primera
oportunidad que tengo de escribirle directamente, a pesar de que son
varios años que sigo su programa y siempre lo he identificado como
un referente de objetividad, respeto y buenas maneras, por lo que
auguro que estas pocas letras sean consideradas por usted en su justa
medida y dimensión.
El día 16 de abril de
2015, cumpliendo las normas de la Ley de Comunicación, usted tuvo el
acierto de permitir el derecho a la réplica a la Asambleísta de
gobierno y primera vicepresidenta de la Asamblea, Rossana Alvarado,
quien a decir de ella, iba con el afán de replicar varios aspectos
en cuanto al fondo y a la forma de las aseveraciones que se había
tenido en una entrevista del día 15 en su mismo espacio informativo.
Créame que de Alvarado
me esperaba lo peor, desde el momento en que usted la anunció
imaginé que en breve iba a presenciar una pelea de mercado,
visualicé por un momento que Rafael se personificaría en la señora
vicepresidenta e iba a iniciar con una andanada de groserías,
epítetos y calumnias como son muy propias del correísmo y sus
acólitos.
Sin embargo me sorprendí,
inició la entrevista y claro, sin perder el tono prepotente, vi una
señora Alvarado lloriqueando porque usted se había atrevido a decir
que los Asambleístas del gobierno son “borregos que les pagan con
buena alfalfa” y le increpó a que le explique a quienes se refiere
con tan “grotesca expresión”. Sinceramente le note nervioso
querido Gonzalo, le sentí hasta con cierta vergüenza al ser
acorralado de esa manera, le percibí con un poco de temor propio de
un hombre de bien, y después de unas cuantas explicaciones
divagantes usted terminó pidiendo disculpas públicas.
¿Porqué las disculpas
Gonzalo, por qué? Sigo creyendo que las dio porque es usted un
hombre decente, correcto, libre y de buenas costumbres; pero acaso no
es buena la analogía? no es preciso lo que usted mencionó? no son
los asambleístas de país un grupo de ciudadanos que han perdido la
capacidad de pensar y dar su criterio? No son una organización
política a la que le manejan al susto conforme el mandato del pastor
supremo? Creo que lo que usted mencionó tiene una dosis de verdad y
las verdades no se disculpan, las verdades se sostienen; es más,
como dice nuestro pueblo: “las verdades duelen”.
Más allá de eso, ¿tenía
usted que disculparse con una ciudadana de la calidad moral de
Alvarado? ¿Tenía usted que disculparse de alguien que no tuvo
inconveniente alguno en referirse despectivamente a los niños de
Abdalá Bucaram y Gabriela Pazmiño diciendo: “¿Qué nos hacemos
nosotros con los hijos del PRE?” ¿era necesario disculparse de
alguien que ni siquiera guarda las formas y no esperaba ni que se
enfríe bien el cadáver de Chespirito para salir con una idiotez
como la que salió diciendo en Twitter? ¿Es justo disculparse con
una ciudadana que comparte cama con un ex radiodifusor que tildaba al
aire de hijo de puta al ex Presidente Gutierrez durante las jornadas
de abril de 2005 y que jamás se disculpó, y que hace pocos día
titubeante decía que “son cosas del momento?”, por favor! No era
necesario, nadie se lo pidió, no era justo, no debía hacerlo; sin
embargo lo hizo, y le felicito por su nobleza de espíritu.
Gonzalo: usted es de los
últimos referentes del periodismo frontal, objetivo, oportuno y
decente, siga adelante sin miedo! No se amilane ante los embates del
poder; mientras muchos de ellos serán sepultados en el olvido de la
historia, usted será recordado por los ecuatorianos por lo que es:
un ciudadano más, uno más de nosotros, uno más de aquellos que se
ganan el pan todos los días sin hacer daño a nadie, sin pisotear a
nadie, sin violentar los derechos de nadie; pero sobre todo, será
recordado como un hombre bueno que les da voz a los que no tienen
voz.
Adelante Gonzalo,
adelante siempre!
Andrés Castillo
Maldonado.