No pretendo ser sectario;
no tengo complejos de ningún tipo ni resentimiento contra nadie,
tampoco hablo desde la indignación ni desde el revanchismo; la idea
hoy no es tampoco el dividir a la gente entre buenos y malos;
consecuentes y oportunistas; amorosos y odiadores; tontos e
inteligentes; simplemente, quisiera decir algo que siendo
políticamente incorrecto en tiempos de “unidad”, alguien debería
decirlo, porque de lo que si estoy firmemente convencido es que lo que
voy a decir hoy, hay más de uno que lo medita en silencio.
Después de casi diez
años, decidí volver a las calles, decidí manifestarme y
exteriorizar la ya por varios años acumulada indignación que me ha
venido generando el gobierno del economista, entre mí pensaba que
escribía y escribía y que con eso me desahogaba bastante, pero
después de mi artículo anterior titulado “#TodossomosSharon,
#JesuisCharlie, #YosoyCrudo y también, #soyputayque!”, ya
era hora de dejar de quejarse solamente y comenzar a hacer algo fuera
de lo virtual para que las
cosas cambien, y si no es hora aún de que cambien, por lo menos que
mejoren, por eso asistí a
la convocatoria que se hizo para que el 19 de marzo a las 4 de la
tarde todos marchemos en contra de las políticas del economista y
sus amigos.
Eran
las tres y media, comenzó un aguacero que para que les cuento, los
del grupo que hicimos para ir a la marcha dijimos el tradicional “ya
se jodió”, y creíamos que ya se jodía todo justamente porque no
había ni señas de que la situación mejoraría, era el típico
aguacero quiteño que iba a demorar varias horas. Entré
al twitter para
ver como iba la cosa y vi
las primeras fotos de los inefables seguidores del régimen. En
efecto: 4 gatos tapados con plásticos caminaban por la diez de
agosto arrancando la marcha. Fracaso
total decía uno que otro pitoniza
del desastre; yo esperaba a
la altura del Banco
Central
y en efecto aparecían
a lo lejos unos cuatro resfriados que venían abriendo la marcha, ahí
fue cuando decidimos unirnos a ellos
según nosotros para
no dejar que vayan “solitos”,
cuando nos juntamos
a la altura del Banco
Nacional
de Fomento
vimos que no eran 4 gatos, eran cientos, miles! De hombres, mujeres,
trabajadores, indígenas, médicos, feministas, sindicalistas,
profesores, jubilados, estudiantes, colegiales, políticos, no
políticos; con paraguas, con plásticos, con periódicos, con
fundas, y
al grito de: “no somos cinco, no somos diez, Correa economista...
aprende
a contar bien!” mostraron
que en efecto no eran cuatro gatos sino que era aquel valiente pueblo
de las recordadas
jornadas cívicas de abril del 2005, levantados! De pie! Sin miedo!
Bajo la lluvia! Pueblo, pueblo...! Ese pueblo!
Fue
tal mi emoción que decidí quedarme esperando el paso de la marcha y
eso confirmaba mi teoría: mamás con sus guaguas, viejitos
jubilados, discapacitados, muchachos metiendo relajo, parejas de
enamorados, compañeros de la universidad, abogados, gente de pueblo
y pelucones bien pelucones marchaban con diferentes consignas: “Abajo
Correa!”, “No a la Sabatina!”, “No a las salvaguardias!”,
“Consulta popular!”, “Yo soy bonil!”, por ahi como anecdota
incluso hubo unita que gritó: “Sexo sin valores!” Plop! Pero
bueno, cada quien protesta como puede, creánme que ninguna de las
reivindicaciones de la gente me llamó la atención.
Lo
que si me llamó la atención fue que de
pronto por ahí solita, íngrima,
que daba una lastima! Con un paragüitas de
colores y
un pitito de árbitro
de fútbol,
hecho sopa!, caminaba una ex, pero no una ex mía, no!
sino una ex Alianza País, una que por abril de 2005 andaba por todo
lado preguntando ¿Quién jodió al país?; sí,
sí
unita que después
ya se creyó vicepresidenciable; sí,
sí
esa que fue dos veces asambleísta por el gobierno; sí, sí esa que
decía que la participación
ciudadana es la panacea;
la que daba cátedra de como las autoridades de control iban a ser
puestas por un consejo de participación ciudadana, lleno de
notables, gente apartidista, totalmente imparcial; no como el
congreso ese nefasto en donde se repartían el pastel a espaldas de
los ecuatorianos; sí, sí, esa misma, solita la pobre desesperada
por cámara pero como llovía duro no
asomó ni una.
Luego
al grito de “democracia sí” con unos ponchitos celestes venía
otro ex; un ex ministro de gobierno, uno que el sinvergüenza del
Mono Jojoy se atrevió a decirle Alias “Juan”, uno que
aparentemente fue el nexo del gobierno con las Farc; sí, sí, ese
que fue el ideólogo de Alianza País; sí, sí, ese que fue el
ejecutor de la destitución de los diputados electos en el 2006 y el
que organizó la posesión de los diputados de los manteles; sí, sí
ese que tiene un hermanito que ahora representa a los periodistas;
sí, sí, ese que después del ataque a Angostura se fue resentido
con el gobierno; sí, sí ese mismo! Se desgañetaba el pobre
gritando “Democracia sí, dictadura no!”, supongo que el comerse
57 diputados no fue
un acto dictatorial del
economista y su ministro de gobierno como para
que ahora tan suelto de huesos proteste como
que no ha hecho nada.
Como
si fuera poco, con un poncho negro
como de cura ortodoxo, este
también
solito, agachadito la cabeza y dando
declaraciones de cuando en
vez, marchaba otro ex; un ex
ministro de energía; sí, sí, el que según Correa es pelucón pero
no ejerce; sí, sí, el primer correista de la patria; sí, sí, el
que más lloraba en contra de la base de Manta; sí, sí, el
Presidente de la Asamblea Constituyente; sí, sí, ese que nos metió
la Constitución de Montecristi; sí, sí, el fundador de Alianza
País, el que se reunía con la Manuelita Gallegos, el Gustavito
Larrea y el economista, en una casita de barrio para “dar a luz”
al “proyecto político”, ese
mismo marchaba. Aunque
solito iba, de vez en cuando gritaba “Montecristi vive”...
¿Montecristi vive? ¿La misma Montecristi del debate del placer
sexual como derecho humano? ¿el
mismo
Montecristi
de la constitución de los 300 años y
con el mismo gobierno? ¿El
mismo
Montecristi de la Constitución como traje sastre para el economista
y sus abusos? ¿la misma montecristi que institucionaliza la
revolución? Deje nomas don Alberto, si ese Montecristi es
el que usted quiere hacer
vivir o revivir: ahicito nomás, Dios le pague, Dios
le de más!
Y
la cerecita del pastel
(como dicen en la farándula)
la puso otro insigne manifestante que marchaba bajo el nombre de
“Podemos” - ¿será que quiere emular a Pablo Iglesias?-, sí,
este otro ex, pero de los recalcitrantes pues, no cualquier ex; sí,
sí, ese que de acuerdo al mismo economista era un líder barrial sin
historia pero leal; sí, sí, ese el que fue el gran alfil en
Pichincha; sí, sí, el peón de brega en el congresillo; sí, sí,
ese que se enojó con sus compañeros de bancada porque no le
acolitaron para ser presidente de la Asamblea porque ya estaba
hablado para que sea el corcho; sí, sí; ese al que el economista le
dijo: “que le vaya bonito” cuando se desafilió porque no le
dieron gusto; sí, sí ese mismo saludaba cual reina en el carnaval
de Guaranda
pidiendo “Consulta Popular”, a caramba! como se le vino ahora el
ánimo democrático! cuando en Montecristi era el que más insultaba
cuando León Roldós denunció que se habían incluido
textos que no se debatieron. Que paradoja!
Y
el problema no es que marchen, lo que me aterra es que sean ellos los
grandes voceros de la movilización! Que sean ellos quienes ahora dan
lecciones de moral, ética, buenas costumbres y acrisoladas prácticas
políticas. Molesta y genera repulsión que aquellos que nos metieron
el correismo como solución y lo elevaron casi a categoría de
evangelio ahora pretendan encarnar la rebelión popular. Aquellos
(Maria Paula, Gustavo, Alberto y César) fueron de los más
recalcitrantes defensores del régimen de Correa, no se cansaron de
restregar en la cara las
maravillas que venían haciendo.
No les tembló la voz a la hora de descalificar a todo aquel que se
oponía al economista. Se
creyeron los inventores del agua tibia al apuntalar ese proceso
constituyente que nos está llevando al desastre. Fueron ellos (Romo,
Larrea, Acosta y Rodríguez) quienes auparon el proyecto que hoy nos
aplasta, fueron ellos quienes también “jodieron” al país con
sus novelerías.
Parafraseando
a Correa ellos son los auténticos “cadáveres insepultos”,
hieden en la izquierda y hieden en la derecha;
políticamente deberían autosepultarse por el bien de la nación;
con su actitud demuestran a todas luces que
poco les interesa la patria sino sus propias aspiraciones; nos
han enseñado con su actuar que para algunos el problema no es la
troncha, el problema es no estar en ella; insisto, la idea no es
separar, no es dividir; es tratar de darle un cierto sentido a las
cosas y la medida que en
realidad tienen. Ahora
le toca a otra gente, ustedes vayan por la sombrita, recuerden ese
viejo adagio que dice: “Tanta culpa tiene quien mata a la vaca,
como el que le amarra la pata” y ustedes, sin excepción, ayudaron
a amarrar a nuestra patria.
Permiso...